martes, 19 de marzo de 2013
LAS COMADRES.
Pueblo chico, infierno grande
nadie lo puede dudar,
lo que hagas, como lo hagas
te lo van a criticar.
De eso nadie se escapa
y menos las mujeres,
que por vestirse bonito
facilitan los quereres.
Hay gente tan chismosa
chismosa a más no poder,
que critica a todo mundo
sin importar a quien joder.
Esto pasó en el dos mil
y no se puede ocultar,
un chisme muy sonado
se los voy a mencionar.
Una madre disgustada
le decía a su comadrita,
¿Qué cree que andan diciendo
de su hija Mariquita?
De Mariquita no sé nada
nada pero nadita,
de la que se escucha hablar
es de mi ahijada Lupita.
¿Qué dicen de mi Lupita
las viejas habladoras?,
cuénteme comadrita
que se hacen largas las horas.
Así como me dijeron
yo se lo voy a contar,
mi pecho no es bodega
y no me lo puedo aguantar.
Dicen que la miraron
en antro de mala muerte,
dándose las tres borracha
con el hijo del presidente.
Y que se movía muy sensual
como si nadie la viera,
dicen que lo hacía mejor
que una chica teibolera.
Mejor párele comadrita
no me haga más enojar,
que si me suelto hablando
nadie me va a parar.
Hable, hable comadrita
por mí no se detenga,
yo conozco a Mariquita
y no hay nada que la ofenda.
Eso es lo que cree comadre,
pero ya que usted insiste,
dicen que en un antro
toda, toda se desviste.
Y después de hacer el show
bebe y bebe sin parar,
que gana mucha lana
por bailar y por tomar.
Y la han visto por San José
casi en la madrugada,
en un carro con tres
rete loca por drogada...
La comadre con asombro
incrédula cavilaba,
¡Por eso es que Mariquita
dormida se la pasaba!.
Todos los días llegaba
allá por la madrugada,
decía que iba a velar
y andaba en la bailada.
O'ra estoy entendiendo
lo de vestidos y blusones,
si de gata con doña Luz
no ganaba ni pa' calzones.
Va a ver cuando venga
la chinga que le voy a dar,
nomás eso me faltaba
que de puta fuera a acabar.
Sea verdad o sea mentira
los chismes no van a parar,
yo también a mi Lupita
me la voy a ajusticiar.
Mejor hay le paramos
antes de salir peleadas,
acuérdese que a nosotras
no nos bajaban de peladas.
Es muy cierto comadrita
no me arrepiento de nada,
tú tampoco lo niegues
porque estás re'manoseada.
Con qué cara les decimos
que digan dónde andaban,
usted y yo éramos reputas
y ni siquiera nos pagaban.
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